En Keisho nos gusta la cercanía y compartir con quienes ya nos conocen, y quienes todavía no, una charla, un “tú a tú” natural, como si hablásemos dos amigas en una cafetería.
Cristina ha querido sentarse con nuestra compañera y realizar esta entrevista, por llamarlo de alguna forma, para contarnos en primera persona y en base a su experiencia, cómo ha vivido el Retiro y la vuelta a su rutina.
P: ¿Has tenido contacto anteriormente con la terapia?
R: Con este tipo de terapias no, y me ha sorprendido para bien, la verdad. He ido a psicólogos, es lo más cerca que he estado.
P: Sabes que el mundo de la terapia es muy amplio y desconocido. ¿Por qué decidiste ir al Retiro?
R: Algo me decía que tenía que ir. Estaba en un proceso anímico complejo y creía que ir me ayudaría a salir de mi situación. Quería aprender y probar herramientas para comprenderme y probarme a mí misma.
P: Con “probarme a mí misma”, ¿te refieres a?
R: Probar cuáles son mis límites, no sé si me explico. Superarme, diría yo.
P: Te has explicado de lujo. Se trabajó mucho para que, tras el Retiro, en el día a día se pudiesen ir haciendo pequeños cambios en uno mismo y su rutina. ¿Tú en qué has notado un cambio en la vuelta a tu vida diaria?
R: Algún cambio sí he notado. Uno de mis mayores miedos soy yo misma, porque me he machacado demasiado. Todos los días realizo ejercicios que nos enseñaron, para mejorar en esos miedos. Estoy intentando incluir en mi rutina la meditación. Me siento mucho más tranquila que antes.
Es cierto que, en un fin de semana, no se va a arreglar completamente lo que está roto, pero sí que ayuda a crear ese pegamento para ir uniendo los trozos.
Recomiendo totalmente probar una vez en la vida un Retiro de Keisho, después cada quién lo sentirá de una manera u otra y decidirá qué hacer, si repetir o no. Yo, personalmente, siendo este mi primer Retiro, sé que voy a volver a otro.
P: Esto me genera dos preguntas más. La primera, cuando dices “intentar incluir la meditación” ¿significa que la realizas o que no?, porque ya sabes que el intentar no es “lo estoy haciendo”.
R: Me está costando porque no tengo la costumbre, me cuesta apagar los pensamientos, supongo que es normal.
Me recomendaron una aplicación móvil y pongo la que más me resuene, según si quiero relajarme antes de dormir, calmar mi ansiedad, etc. Y también escucho los reel que sube Keisho a Tiktok con breves meditaciones de Anaís, porque ahora solo escucho las que son cortas.
Seguro que, poco a poco, conseguiré centrarme más en la meditación, porque mi atención es algo limitada. Quiero cogerlo como rutina.
P: Y la otra, ¿nos especificarías algún ejercicio más de los que realizas ahora?
R: Uno de ellos es mirarme al espejo, a los ojos directamente, y decirme cosas bonitas: soy guapa, soy fuerte, soy grande, puedo con todo y ese tipo de cosas que no solemos decirnos.
P: ¿Antes no lo hacías?
R: Me miraba sin mirarme. “Lo normal”. Te lavas la cara, los dientes, te pones las lentillas…, pero no te fijas en ti, solo en tu exterior. Lo hacía muy de pasada.
En el Retiro tuve que verme a mí misma y eso me aterraba. Cuando me vi por primera vez, me sentí muy pequeñita y extraña, no me reconocía, porque al final, en tu día a día, no te miras con esos ojos. Siempre te miras por fuera (joer, qué fea o qué gorda). Poco a poco empiezo a perder ese miedo, aunque todavía me queda mucho por trabajar.
P: Muchas gracias por compartir tu experiencia, confiar en nuestro trabajo y venir a nuestro Retiro.
R: Gracias a vosotros.
Gracias por acompañarnos, permitirnos acompañarte y leernos.
KEISHO BLOG